15 julio 2025

"El bodeguero y la puerca"...!!

 


/Por:Raúl Yero García/

Aquella nublada tarde de abril, sentado a las afueras  de su bodega, el nuevo empleado se mostraba intensamente meditativo en la prolongada y agónica espera de su relevo, el custodio contratado hace unos pocos días atrás. Consultaba insistentemente la hora, en su celular. Al parecer, temía que se le hiciera más complicado y tardío  el retorno a su hogar, distante a 9 Km de Baire, ubicado en una comunidad enclavada en la serranía  oriental,  tramo que tiene que recorrer, invariablemente, cada día, en ida y vuelta. Impulsado por la incontenible atracción  que siempre han provocado en mí, los auténticos rasgos de  sencillez y  nobleza humana que llevan consigo los seres que habitan esos entornos, provoqué un diálogo cuyas revelaciones, a decir verdad, resultaron ser escalofriantes para mi, tal vez por precibir los signos premonitorios del  agorero. Sólo bastó una simple pregunta  de mi parte y aquel obstinado hombre, de recia voluntad,   dio comienzo a un minucioso relato que abarcó, desde  los orígenes de sus antepasados; en aquellos exuberantes y añorados paisajes, hasta la dura realidad de estos tiempos, que le impone nuevos retos y pérdidas irrecuperables... 

Aquí les dejo la pavorosa  confesión, que  aquel  malaventurado ser arrancó de sus entrañas, quizás pretendiendo desahogar sus penas:

-Yo soy nacido y criado en la zona conocida como "Rihito Chupadores". Mis padres son, también, nativos de allí. Ellos siempre se dedicaron a trabajar la tierra.

-Nosotros somos 6 hermanos, tres varones y tres hembras.

-Eramos pobres, pero no pasábamos hambre.

-Mi papá era un hombre de trabajo, igual que mi mamá. Los dos atendían la tierra. Dos caballerías teníamos. No era mucha tierra, pero daba comida todo el año para la familia. Los varones mayores teníamos que ayudar también.

-Recuerdo que en mi casa no faltaba la vianda, ni la carne, ni la leche, ni el huevo, etc,etc, etc….

-También se criaba puercos con palmiche, gallinas, patos, ovejos.

-Desayunábamos con huevo, viandas y café con leche, porque se mantenían dos vacas en la finquita. Pastaban, sin ningún problemas, en un pedacito que tenía mi viejo para eso y para sostener tres bestias que eran nuestro transporte para ir al pueblo. Si salíamos en familia, utilizábamos un carretón-coche. ¡Que buenos recuerdos!.

-Vino "esto" y enseguida nos becaron a los tres mayores. No volvimos a ver un surco nunca más, aunque algunos de mis hermanos y yo volvimos para la finca. Pero nada fue igual.

Me gradué de maestro primario.

-He pasado por muchos centros de trabajo. Hace poco comencé aquí. ¡En mi vida había estado detrás de un mostrador!

-Raúl, tuve que dejar el otro trabajo, el de "la Campaña", porque temía enfermarme. No sé si usted conoce de la situación que se presentó con algunos compañeros míos que están de certificado, porque la fumigación los ha enfermado y cogí miedo.

-No he mejorado mucho con el salario y el sistema de trabajo, pero al menos me quité los riesgos que le dije. 

-Para poder cumplir, tuve que comprar esta bicicleta. Me la dejaron en $10 000.00. Algunos dicen que salí bien para como están las cosas.   Me da vueltas y vueltas en mi cabeza, que hace unos años atrás con ese dinero me podía comprar un carro, o una casa. ¡Esto es una locura!

-Así puedo llevar algo para allá, porque "eso está en candela". No hay vianda de ningún tipo. Y no se puede criar porque se lo roban todo. Los ladrones no han dejado ni vacas, ni bueyes ni bestias.

-Hace como dos meses y medio que, mi mujer y yo, pasamos "unaaaa", terrible, terrible….

-La puerca* que, con tanto sacrificio, ella y yo,  llevamos a un quintal y medio de peso, se soltó. Y, sólo bastaron unos pocos minutos para que desapareciera aquel animal.

-Mi mujer estaba sola

-Cuando se percató de que, sólo quedaba el clavo y la soga, salió corriendo tan rápido como pudo a todas las casas del  vecindario, y nada. 

- Cuando llegué, y me contó, sentí caer una muralla de piedras, sobre mí. A la vez que, con la brevedad del rayo, multipliqué, mentalmente, como nunca antes y rápido supe que, había perdido una fortuna. Fue mi conclusión y mi desvelo.

-Salimos de nuevo  a indagar y nada. Parecía, de verdad, tragada por la tierra.

-Tuvimos que esperar, al menos, dos largos meses para poder develar el   mortificador misterio de la  desaparición de la "puerca".

-Nada, supimos de mucho secreto, a través de un "vecino-amigo"  que, la cabrona puerca - de muy buen olfato, por cierto, - había salido siguiendo el rastro provocado por la expansión del olor  de un sancocho preparado para la maldad y "sacrificada", sagazmente,  en segundos, a unos escasos 20  metros de nuestra casa..   

Hasta ahí, había escuchado, yo, atenta y pacientemente, todo lo relatado por mi   ecuánime y sufrido interlocutor, pero la increíble confesión que acababa de escuchar de aquel ser, además bonachón, sobre la principal  desdichada: "la puerca", desató, a raudales, mi incontrolable avidez y me lancé, sin más ni más, a un  bien intencionado interrogatorio, para mitigar mi sobredimensionada curiosidad:

 Y comencé inquiriendo:

-Pero…, ¿Cómo es posible que tu mujer no oyera ni el más mínimo y escurridizo lamento del susodicho animal, estando siendo sacrificado tan cerca de ella, según te habían dicho, de buena fe ?

A lo que me contestó:

-Pues mire que, en efecto, así fue el final de la puerca. Le voy a explicar el peculiarísimo metodo utilizado por el principal matarife, que resultó ser un vecino que visitaba asiduamente mi casa.

-El muy "hijo de puta", puso bien alto su equipo de música, con un reguetón bien agresivo y cuando entró la que era nuestra puerca, le dio un solo estacazo. Dicen que el pobre animalito no dijo ni ¡Ay!.

Colmado aún de dudas, le seguí preguntando:

-Pero, ¿como se las arreglaron para descuartizarla?

A lo que respondió:

-Ahh, muy fácil. La montaron muerta en un carretón y nos la pasaron frente a nuestra casa. Y hasta nos saludaron los dos que en él iban. Ni matándolos pagan.  A la puerca le aplicaron un espectacular camuflaje. Le echaron encima, por lo menos tres metros cúbicos de hierba y como cinco sacos de carbón. 

-Así la trasladaron montaña arriba, sabrá Dios hasta dónde carajo… 

Si al menos nos hubieran invitado, a mi esposa y a mí, otros  gallos hubieran cantado. 

Así de insospechada y camaleónica, terminó siendo la actitud del infortunado y confeso sujeto…



*Puerca en Cuba➡Cerdo, mamífero



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