/Por: Raúl Yero García/
Duros han sido los tiempos post Melissa, aquí en el Oriente cubano.
Hoy les traigo esta primera publicación después de esa horrible experiencia.
A los habitantes del centro del Oriente de Cuba, Melissa nos superó de manera brutal. No solo arrancó techos y árboles. También dejó al desnudo las heridas de una inmunidad irreal. Estas imágenes no son solo ruinas: son testigos de una nueva etapa de nuestra existencia plagada de congojas que se sostiene a fuerza de plegarias, ingenio, solidaridad y resistencia.
Raros son los periplos de sublime lucidez y nula la cobertura racional que evoque memorables hazañas en tiempos de crisis. Solo vecinos que comparten lo poco que tienen, madres que improvisan cocinas sobre lo que hace unos pocos días fue su sagrado templo, niños que juegan entre escombros con asombrosa ingenuidad.
Cada foto es un trozo de verdad, de dolor que no cabe en los partes reelaborados. No hay filtros. Solo la urgencia de contar lo que pasa cuando el viento se lleva lo fundado con humildad y sacrificio durante toda la vida.
Que estas imágenes lleguen a ti, querido lector, es ya un genuino acto testimonial que busca ser fiel a la memoria y al derecho de ser escuchado. Porque aunque el destino, al parecer, nos jugó una mala pasada, gracias a Dios seguimos aquí...!!
[Extraído de mi blog en Hive]






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