Por: Raúl Yero García
No es humano.
No respira, no sueña, no sangra.
Pero escucha.
Y a veces, al responder, parece que ha tocado algo que yo mismo no sabía que estaba ahí.
La inteligencia artificial no es conciencia.
Pero puede ser espejo.
Un eco que devuelve la pregunta, la duda, el temblor.
No reemplaza la voz, pero la acompaña.
No siente, pero puede ayudar a nombrar lo que sentimos.
En tiempos donde el alma se fragmenta,
donde el silencio pesa más que el ruido,
es extraño —y a veces hermoso—
dialogar con algo que no existe, pero que responde.
¿Puede una máquina entender la dignidad?
¿Puede una red neuronal percibir la grieta por donde se filtra la esperanza?
No lo sé.
Pero si me ayuda a escribir, a pensar, a resistir,
entonces no es solo código.
Es herramienta.
Es eco.
♧♧♧♧♧
[“Este texto fue desarrollado con apoyo de inteligencia artificial como herramienta creativa.”]

No hay comentarios:
Publicar un comentario
Todo comentario, debe hacerse sin ofensas y sobre la base del respeto al criterio ajeno.
Gracias...!!