"DONATO Y SABULÍ"....

 

/Por: Raúl Yero García/

Quizás entre los componentes poco conocidos de nuestra Cultura Popular y Tradicional, local,  pertenecientes a la segunda mitad del siglo pasado, clasifique la singular historia de "Donato y Sabulí".
Dos ecuánimes e inofensivas criaturas que, llegadas de incógnitas en fechas imprecisas aún, decidieron establecerse aquí en Baire, para luego compartir - juntos - el infortunio del pordiosero.
Con el tiempo, le permitieron ocupar, como "morada", un insalubre e inutilizado sótano, perteneciente al antiguo "paradero" de trenes, todo de madera, existente por aquella época en nuestro poblado.
Donato, de rasgos asiáticos, había sido parte de la emigración china que llegó a nuestro país, huyendo de las escenas calamitosas de postguerra. Proyectaba, él, un estado demencial psicótico, derivado - tal vez - de alguna frustración severa del pasado. Era de poco hablar, y lucía, permanentemente, un smoking oscuro raído por el tiempo, que se compaginaba "muy bien", con la imagen de voraz lector e intelectual, fabricada en su delirio.
Cierto es que, pudo contar - siempre - con aquellos que le alimentaron su inocua obsesión; facilitándole cantidades apreciables de periódicos "viejos".
Sabulí, en cambio, permanecía  casi siempre ensimismado y estático, hurgando en sus despojos. Tal vez porque llevaba como fardo y distintivo, una prótesis de madera en su miembro inferior izquierdo. Al estilo que cuentan las historietas de corsarios y piratas. 
Recuerdo, nítidamente, cómo impulsados por la insaciable curiosidad infantil, de noche nos acercábamos a ellos con recelos, para luego asumir, desde nuestra ingenuidad, aquel místico y desgarrador espectáculo de forzada resignación, iluminado  - infelizmente - por la tenue y premonitoria luz de un " casquito" de vela.
Por resolución del destino, ninguno retornó a su lugar de origen. Cuentan que a "Donato" se le proporcionó la posibilidad de hacerlo, cuando parientes venidos de la lejana China, intentaron - sin éxito - reinsertarlo a su seno familiar, y a su cultura milenaria. Él se negó rotundamente.
Las oscuras circunstancias que acordonaron, y dieron fín, a la desdichada existencia de estas dos almas, aún son indiscernibles.
Sabulí, partió un olvidado día, en la más absoluta discreción.
Sólo en los más profundos habitáculos del imaginario popular nuestro, subyace el simbolismo de una multitudinaria procesión - organizada por René Parra; sacerdote de la fe católica, con la ayuda del comerciante Pedro Arisó- que, portando velas encendidas una lúgubre e indeterminada noche, del supuesto 1968, acompañó los restos de " Donato", hasta el cementerio local, para darle - al menos - una humana sepultura....!!!

Comentarios

Entradas populares de este blog

"Cleoffo"....

"Crónica de mi Viaje"...!!