Por: Raúl Yero García
Según "Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes", la palabra refrán procede del estribillo francés y significa dicho agudo y sentencioso de uso común.
En mi país (Cuba), y sobre todo en la zona oriental donde vivo, los refranes no sólo se dicen: se viven. Son radiografías del alma colectiva, de su imaginario. Más que metáforas, diagnóstico certero.
Uno de los más repetidos, hoy, por encontrarnos en tiempos de escasez es aquel que dice:
“Cuando no hay perro, se montea con gato”.
Una forma de decir que, ante la falta de lo ideal, le hecho mano a lo posible, a lo que aparece. A la misma vez que nos revela que la necesidad, aunque duela, obliga a la creatividad, a la resistencia como símbolo.
La frase encierra una verdad dura: "ingenio forzado vs crisis"...
Una escasez que señorea a sus anchas porque se ha vuelto profunda y extendida. Desanda por cada rincón y en cada recodo de nuestra psiquis.
Donde antes había futuro, viva tradición, costumbres, ahora hay "inventos alternativos", precariedad, asombros, incertidumbres, miedos.
En fin, donde había esperanza, ahora hay resistencia silenciosa.
Esta frase del refraneo popular cubano, hoy, no es sólo resignación, también resonancia.
Si bien es cierto que el refrán símboliza la sobredimensión de un peculiar ingenio, también es revelador de una contundente verdad: el cubano crea de manera forzada desde una adversa circunstancia. No desde un ambiente sanamente propicio para la expontaneidad del deseo.
Surge una necesaria interrogante: ¿hasta qué punto el ingenio puede sostener la dignidad?
Entonces, no es menos cierto que, en la Cuba de hoy, bien bien pudiera verse al gato - a través de este refrán - no asociado con el amor, la paz, la protección y la fortuna, sino, todo lo contrario.
Es decir, se resuelve con lo que hay, no con lo que debería ser. Y eso nos puede seguir desgarrando el alma.
Porque lo prometido no acaba de llegar. Y el halo místico del cansancio ya se percibe. Nuestras almas caminan descalzas sobre piedras calientes...
Este refrán, multiplicado en mercados, parques, esquinas, funerarias, cocinas, etc, muy bien pudiera funcionar como expresión popular irónica, denunciante. Una simple y directa manera de decir: “Nos prometieron soluciones, pero estamos fastidiados"...
Apropiado vehículo que recicla el sentido del mensaje: queja ➩ refrán ➩ queja. Mientras la escasez sea norma y no excepción.
Mientras no existan opciones reales, definitivas y sean cuestión del pasado los parches.
Entonces, el refrán volvería a recobrar su más legítima enseñanza, como parte de la sabiduría popular, porque estaría libre de tensiones y traumas para seguir contribuyendo a fomentar una verdadera vida plena del cubano...!!
[Extraîdo de mi blog en Hive]